En una fría noche Koldo dormía plácidamente ante el calor de la chimenea en su sofá rojo favorito pero esto seria demasiado calmado para su vida, incluso faltando pocos años para que esta se apagara, Isabel al verlo dormido se acerca lentamente, apoya su pequeña y tierna mano en la rodilla de el viejo, pero este no se despierta, se acerca al oído y le pregunta: ¿Kol, me cuentas una historia? Koldo entre abre un ojo mira a Isabel y lo vuelve a cerrar, ella no contenta con el resultado lo agarra del hombro y lo sacude con suavidad, mientras le dice Kol porfa no puedo dormir, ya aburrida de insistir intenta una técnica definitiva la cual ah practicado desde que tiene memoria o incluso desde antes.
-Esta bien- dijo Isabel - me comeré esta chocolatina sin ti-
al decir esto se empieza a retirar de la sala pero Kol la llama.
-Espera tengo una muy buena para esta noche fría y oscura ¿Tu madre alguna vez te llevo a Grecia?-
-no, dime como es-
-pues la verdad hace mucho que no voy, hace mil quinientos treinta y tres años para ser exactos-
-ammm... y como era-
-Era un lugar lleno de magia, tragedias, comedia y dioses de todo tipo y para todo, desde un dios del tiempo pasando por el dios de cielo e incluso tenia un ¡¡dios del vino!! había muchos docenas de dioses tantos que hay una diosa en particular que muy poca Gente ah escuchado hablar de ella, en aquélla época no tenia nombre así que yo se lo puse, la nombre Six-Sax la diosa de la sangre, prepárate Isa porque este viaje sera interesante, cuenta una leyenda que fue escrita antes de que nuestra letra existiera que una sacerdotisa de Atenea, una de las diosas principales de Grecia vio como Poseidon engañaba Demeter, su esposa con una de sus mejores amigas, Medusa y por causa de eso Atenea la transformo en un horrible monstruo con cabellos de serpiente, Medusa fue exiliada de Atenas después de eso.
Ella que así se llamaba enfurecida le oro a Nemesis, la diosa de la venganza pero esta la ignoro ya que prefería no meterse en líos con Atenea, Ella desesperada fue a la biblioteca de Alejandria, una vez allí busco y busco en libros de invocaciones y oraciones una forma de vengarse, allí encontró un libro antiguo escrito por un escritor que no existía o por lo menos no en esa época: Ovidio, el libro relataba historias del origen de una diosa nacida del caos , omnisciente y omnipotente que se encontraba atada en el tártaro de forma voluntaria, esta se manifestaba a sus invocadores como una mortal cubierta de sangre dispuesta a ayudar a quien la allá invocado. Ella ansiosa por invocar a aquella poderosa diosa busco por toda la biblioteca como invocarla pero no encontró nada, instantes después se acordó de un antiguo ritual que requeria de bronce para invocar a el dios Hades, dios del inframundo y de la riqueza, Ella inicio el ritual pero en vez de usar bronce uso su propia sangre y en vez de decir Hades dijo six-sax...
Inmediatamente una luz roja la segó, cuando recupero la visión la vio, una forma humanoide sin cuerpo, sin músculos, sin huesos, solo sangre, sangre y venas.
¡¡AYÚDAME!! grito Ella, ¿Que quieres? pregunto una voz metálica que no provenía de la diosa, ¡Mátala! mata a Atenea, Atenea que en ese momento estaba escuchando agarro su lanza y descendió del Olimpo hasta la biblioteca apunto su lanza hacia Ella y dijo, pagara por tu insolencia, justo después de esto ataco su lanza que estaba a punto de perforar el pecho de Ella el cuerpo sangriento se puso delante a una velocidad mas rápida que los rayos de Zeus, la lanza entro en el abdomen del cuerpo pero no salio sangre y tampoco atravesó a Ella, pero Atenea sintió algo en su pego, algo frió pero que ardía, un cosquilleo que no era amor y mucho mas real que los celos Atenea una diosa sentía dolor dolor físico, no te preocupes Atenea no te volverá a doler nada, de echo en el mundo de los muertos no se siente absolutamente nada, dijo la voz metálica, acto seguido las dos diosas se desmaterializaron junto con la biblioteca y todo lo que había adentro-
-Dime Isa ¿me darás un poco de chocolate?-
-si me respondes ¿si Atenea murió porque hay mas historias de ella después de eso?
-mm... claro eso es porque... ¿y quien te dijo a ti que la Atenea que murió es la misma Atenea de la cual se cuentan historias?-
-¿no? ¿entonces quienes son?-
-¡Isa! porque tenias que ser tan listilla, te contare esa historia otro día-
-esta bien ya me voy, tengo sueño- Isabela se fue feliz pero por dentro la intriga se la comía y muchas dudas surgían dentro de ella.
-Isa- la llamo su abuelo- ¿y mi chocolate?
-Te lo daré cuando termines la historia- diciendo esto salio corriendo a la cama
Koldo vio una chocolatina encima de su escritorio, Encogió el universo para acortar la distancia entre el y su chocolatina la tomo sin levantarse del sofá, regreso el universo a la normalidad y comió chocolate el resto de la noche.
Koldo y una historia…
Fantacia, magia, ciencia ficcion y aventuras
lunes, 13 de abril de 2015
martes, 19 de agosto de 2014
Koldo y una historia de piratas
-Hola Kol- Saludo la pequeña Isabel a su ya anciano abuelo -¿Dónde
está mi chocolaaa…-interrumpió al ver que su abuelo se lo estaba comiendo.
Koldo se giró hacia ella y le tiro el chocolate al gato, su cara estaba
arrugada por la edad pero aún se podía leer la expresión de “yo no eh sido” en
su rostro.-Te lo juro ha sido Shire, es enserio-.
-Si claro-dijo la niña con absoluta incredibilidad - ahora cuéntame
una de piratas-.
-¿Si te cuento una historia de piratas me perdonaras?-pregunto Koldo
un poco esperanzado.
-Depende de que tanto me guste-cuando Isabel dijo esto, los dientes
del viejo se aburrieron de esconderse y mostraron su gris pero maravillosa
sonrisa.
-Siendo así déjame recordar, tengo una que estoy seguro te gustara-dijo
Koldo y empezó a recordar sus viajes y aventuras buscando alguna que tuviera
piratas.
-¡Ya la tengo!-exclamo el viejo con gran energía como si hubiera
descubierto el secreto de la vida eterna.
-Pues bueno y ¿Qué esperas?- pregunto Isabel mientras se acomodaba en
el tapete a los pies de su abuelo.
-Hace muchos años cuando yo era joven y ya era bastante difícil
encontrar una buena aventura en la tierra, decidí aventurarme al mar, me
inscribí en la marina, me permitieron embarcarme con Robert Maynard el cual se
dedicaba a cazar piratas que no le prestaran servicio a la reina, primero se
nos envió a cazar a Anne Bonny y su
compañera Mary Read en compañía con el comandante Jonatán Barnet parecía una
misión fácil “Serán mujeres pero siguen siendo piratas, solo saben saquear y
beber podría apostar que para mañana toda su tripulación estará tan ebria que
no serán capaces de distinguir entre una espada y un rayo o entre un disparo y
un trueno” decía nuestro capitán mientras movía su espada de un lado a otro
como si pudiera cortar el aire.
Nuestro capitán ya tenía sus años, suficientes como para haber caído
muerto simplemente de viejo, pero sus historias como cazador de piratas eran
increíbles, la tripulación contaba como había encontrado un tesoro antes que
unos piratas y les había tendido una trampa, quedándose así con sus cabezas y
el oro, también había perseguido piratas desesperados por ver a su muerte
llegar que entraban rio arriba en los continentes pero esto no les salvaba de
nuestro capitán que podría navegar con completa serenidad y calma en los ríos
más pequeños y caudalosos, también se contaba que en el capo de batalla era una
bestia usaba una espada en su mano derecha y una pistola en su otra mano,
siempre guardaba su tiro para utilizarlo en caso de que el capitán pirata se
resistiera, incluso tuvo un duelo mano a mano con el pirata mes temido de todos
los tiempos Edward Teach… Barba Negra como se le conocía en esos tiempos
¿tienes frio Isabel? O se te ha helado la sangre con solo escuchar su nombre-
-Ambas, además ya esta tarde- dijo Isabel soltando una risita nerviosa-traeré
una cobija, sigue contando mientras la traigo-
-Bueno, se cuenta que durante el enfrentamiento de Barba
Negra-Continuo Koldo-con nuestro capitán, Maynard logro asestarle por lo menos
cuatro cortes en el pecho y cortarle una de las mechas de cañón que le colgaba
a Barba Negra de su rostro, pero parecía que el corte que más le había dolido
era el de mecha de cañón, aun sin el fuego de esta su rostro seguía iluminado
como si irradiara luz propia, una luz roja que solo lo iluminaba a él, una luz
infernal, Maynard que estaba ileso todavía, apunto su arma a el corazón del
temido pirata, pero al disparar el cuerpo del pirata solo se sacudió para
después seguir luchando, se volvió más rápido y fuerte, nuestro capitán sintió frio
en su interior era algo que nunca antes había sentido… sentía miedo, “ayúdenme
por aquí” grito pero nadie lo escucho, estaban demasiado ocupados por salvar
sus vidas, “oh, vaya pareces tener miedo” respondió riéndose Barba Negra
continuaron luchando, el capitán no podía seguir el ritmo y cayo de rodillas
frente al pirata, pero en menos de lo que explota un rayo el capitán escucho
cuatro explosiones provenientes de sus suboficiales de confianza que le habían
tendido una emboscada y el malvado
pirata callo en su regazo, el capitán lo remato decapitándolo y se retiró a su
barco sin decir palabra y sin mirar atrás, llevaba consigo la cabeza del pirata
que era temido por piratas.
Cuando amaneció ya hacia rato que estábamos preparados para dar el
abordaje, fuimos al borde del barco y esperamos una distancia segura para
saltar, yo ansiaba que mi espada la cual ya había estado con incontables
bailarines probara por primera vez el sabor de los alfanjes piratas, justo como
el capitán había dicho todos seguían ebrios del ron de la noche pasada, al
parecer solo eran dos personas sobrias y eran las dos mujeres, bailaban mucho
mejor que los otros, ellas eran agiles y entre las dos se enfrentaron contra
los dos capitanes en una hermosa coreografía que parecía que la hubieran estado
practicando desde hace tiempo, mi espada se había aburrido de tantos ebrios y
quería acción real así que me abrí paso hacia proa donde estaba el fiero choque
de metales, el hierro de nuestra parte y el oro de ellas, mi capitán había
fallado su tiro y Barnet estaba a punto de probar el sabor de una espada de
oro, llegue a tiempo para salvarlo, creo que jamás volveré a luchar contra una
espada que tuviera tanta coordinación con su ama. Empecé bien, calmado, sin
mucha prisa, prestando atención al ataque sin descuidar la defensa, me empezó a
arder el brazo izquierdo, un ardor como de fuego, mire, estaba rojo, pero no
era un rojo fuego, estaba rojo de sangre, allí perdí la concentración y Mary
Read asesto con su hoja dorada en mi abdomen, quede inconsciente, desperté en
el barco del capitán devuelta a casa, después me contaron que el capitán había
luchado contra las dos juntas y había logrado capturarlas, como agradecimiento
de haber salvado al comandante Jonatán me permitieron conservar la espada
dorada con la que había danzado, si quieres puedes comprobarlo, Isabel, la
espada está en el último cajón de mi escritorio-.
La niña ansiosa por confirmar la historia se descobijo y abrió el
ultimo cajón del escritorio, lo que encontró no fu oro pero su cara se ilumino
como si hubiera encontrado el diamante más valioso de todos los tiempos, era
chocolate, miro a su abuelo quien le mostro una gran sonrisa que a ella tanto
le gustaban cogió un par de chocolates y sin ver la hoja dorada que apareció al
sacarlos, se retiró y se sentó en las piernas del abuelo.
-Te perdono- le susurró al oído y comieron a si chocolate el resto de
la noche.
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